CUARTA TRAMPA
La diversidad fantasiosa
Esta trampa consiste en la sensación engañosa de riqueza de alimentos, en la falsa posibilidad de escoger, así como en la impresión de abundancia que causa la cantidad enorme de productos disponibles en los supermercados, pero que en realidad, sobre todo en el caso de los alimentos procesados, no son más que los mismos ingredientes en diferentes versiones. La situación real es totalmente opuesta a las apariencias: en las últimas décadas lo que podemos constatar es una pérdida de la diversidad en todo el sistema alimentario.
«Según las estimaciones de la FAO (2019), aunque existen 30.000 especies de plantas comestibles el 90 % de la dieta mundial está representado en 103 cultivos. Dentro de estos, tres cultivos principales, trigo, arroz y maíz, representan más del 50 % de los alimentos humanos de origen vegetal. La producción mundial de estos tres cereales ha aumentado de manera constante con el tiempo» (FAO) (Faostat, 2020).
La escasa variedad en la dieta tiene efectos negativos para el medio ambiente y para los seres humanos. Una de las consecuencias es la expansión de los monocultivos, que son grandes extensiones de tierra dedicadas a un solo producto, siendo los más notables los de maíz, trigo, soya y palma. Este uso intensivo perjudica la calidad del suelo cultivable porque empobrece su contenido nutricional y además lo contamina debido al uso de los mismos herbicidas, plaguicidas, fungicidas y agroquímicos tóxicos por largos periodos de tiempo; además afecta la variedad de polinizadores porque sobreviven sólo los propios del monocultivo y, en el último eslabón, afecta la salud humana porque somos el primate que más variedad de nutrientes requiere en su dieta.
La situación real es totalmente opuesta a las apariencias: en las últimas décadas lo que podemos constatar es una pérdida de la diversidad en todo el sistema alimentario.
Ya que una planta es un ecosistema que crece en un ecosistema mayor y nos transmite las condiciones en que fue cultivada, en la actualidad han surgido muchas dudas acerca de la calidad nutricional real de los alimentos naturales que consumimos, incluyendo frutas, verduras y, por supuesto, cereales provenientes de monocultivos. La uniformidad alimentaria empobrece todo el sistema; por el contrario, la pluralidad de especies de plantas diversifica los nutrientes del suelo, los insectos y los polinizadores presentes.